La presencia China en Sudamérica, ¿Un bien o un mal? 

-El pasado jueves 14 de noviembre dieron por concluida la primera fase de construcción de uno de los más grandes proyectos de inversión china en Sudamérica: el megapuerto de Chancay, ubicado a unos 70 km de Lima, en la República del Perú. 

Si bien observamos a primera vista algunas consecuencias positivas para el país sudamericano y para la región, las cosas no suelen ser blanco o negro, mucho menos si se trata de asuntos internacionales. Las relaciones entre países suponen la participación en un juego estratégico al que ninguno escapa, en una lucha perpetua por alcanzar el mayor beneficio propio. Es allí donde notamos la cada vez más relevante (y quizás, alarmante) presencia de la República Popular China en los territorios de América del Sur. 

¿Esto refleja una necesidad urgente del país asiático para posicionarse frente a Estados Unidos?, ¿significa, realmente, un beneficio para Perú?, ¿cómo se traduce esta noticia en términos de repercusiones para Estados Unidos?

En el marco de la última cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) que tuvo como anfitrión a Perú, pudo reconocerse el compromiso entre la presidente peruana, Dina Boluarte, y su homólogo chino, Xi Jinping. 

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Puerto Chancay-Perú

El proceso de construcción del megapuerto está a cargo de la empresa estatal china Cosco Shipping Company, costando más de 3.000 millones de dólares en inversión. El gobierno peruano estima que el proyecto podría aportar unos 4.500 millones de dólares a su economía, un 1,8% del PBI, además de producir alrededor de 7.500 puestos de trabajo directos e indirectos, de acuerdo con BBC Mundo. Al mismo tiempo, significa un respiro para el puerto precedente de El Callao, muy cercano a la capital peruana, que ya enfrentaba dificultades para satisfacer su demanda.

Sin embargo, la ambición china representada en el nuevo puerto de Chancay, significa también una posible dependencia peruana, donde China utilice sus ventajas políticas y económicas para extraer la mayor cantidad de recursos naturales de su conveniencia, dejando un rastro marcado por la aparición de importantes cuestionamientos sobre protección ambiental, que hace tiempo aquejan a los defensores del medio ambiente. Acortar el tiempo y los costos de exportaciones e importaciones entre continentes, ¿es causa suficiente para provocar daños probablemente irreversibles en la naturaleza? Teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra el planeta, pensamos que, efectivamente, la ambición puede más que la convicción, en repetidas ocasiones.

Perú tanto como Brasil parecen impulsar el deseo de soltar el dólar para sus transacciones con China, lo que desde Estados Unidos se entiende como una profunda amenaza a su hegemonía, traduciéndose en una posible pérdida de poder paulatina, algo que, por supuesto, tratará de impedir a toda costa.

Estados Unidos con la mira puesta en el puerto Chino

Por otra parte, expertos chilenos anticiparon que el funcionamiento del nuevo puerto puede eclipsar la competitividad de dos de sus puertos más importantes en la República de Chile, debiendo modificar sus roles de ahora en adelante.

Sin duda existen muchas otras aristas susceptibles de análisis con respecto a las proyecciones de China en Sudamérica. Por ahora, percibimos los primeros impactos más significativos y de múltiples consecuencias, no sólo para los países y sectores involucrados, sino también para otros, incluso aquellos más alejados. Esto permite observar con avidez la conectividad existente en las relaciones internacionales y su proceso newtoniano de acción-reacción.

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