Subcomisario santiagueño chocó a un ciclista, trató de huir y le dio a poste: el travesti que lo acompañaba escapó a pie

-Santiago del Estero: Ciclista atropellado, poste vengador y una conservadora sospechosa.

Un domingo que parecía rutinario en Santiago del Estero terminó con un espectáculo que podría titularse: “El ciclista, el subcomisario y la travesti fugitiva”. Todo comenzó cuando Garnica, un hombre de 58 años, pedaleaba tranquilamente por avenida Belgrano, probablemente pensando en nada más que llegar a destino. Pero el destino tenía otros planes.

A la altura de la Calle 59, un automovilista decidió que frenar no era su estilo y lo embistió por detrás, como quien dice, sin previo aviso. Lejos de ofrecer ayuda, el conductor optó por el clásico plan huida, dejando a Garnica herido y a los testigos con una anécdota digna de sobremesa.

La víctima, con heridas visibles en el rostro y varias raspaduras, fue auxiliada por personas que pasaban por allí, quienes además solicitaron una ambulancia. Mientras Garnica era llevado al hospital Regional para curaciones, comenzó la búsqueda del auto responsable, que parecía decidido a seguir coleccionando postes como trofeos.

El Renault Logan fue hallado más tarde en Aguirre Vieja, donde, como si el karma trabajara horas extras, chocó contra un poste de luz. Pero la historia dio un giro inesperado: uno de los ocupantes del vehículo, identificado como una travesti, no esperó el desenlace y emprendió una fuga a pie.

Poco después, un conductor anónimo, que al parecer se había tomado muy en serio el rol de testigo justiciero, informó a la policía que venía siguiendo al auto desde el accidente inicial. Así se reveló que al volante estaba el subcomisario Paz Santillán, de 36 años, quien, según los uniformados, no solo tenía habilidades cuestionables como conductor, sino también un evidente aliento etílico.


El subcomisario fue detenido y trasladado a la Comisaría Nº 11, y luego alojado en Policía Montada, donde seguramente tuvo tiempo para reflexionar sobre su cuestionable escapada. Mientras tanto, la bicicleta de Garnica, con la rueda trasera destruida, quedó también en la comisaría, completando el cuadro de este caótico y peculiar incidente.

Entre postes vengativos, escapes a pie y conductores con conservadoras misteriosas, Santiago del Estero demuestra que, cuando se trata de accidentes con tintes de comedia absurda, la realidad siempre supera a la ficción.